Hace tiempo que yo venía afirmando, sin atisba de duda, que el mejor boxeador puertorriqueño de la actualidad es Manny Rodríguez, y en momentos en que no había ganado una corona universal, la que llevó a su testa el sábado pasado al zurrar al británico Paul Butler, para que así dejara de ser vacante el título gallo de la FIB, que desafortunadamente es el organismo de menos brillantez.