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prima:El síndrome Tatito

No nos llamemos a engaño: detrás de la perorata del ELA mejorado lo que en realidad se esconde es un paquete de exenciones contributivas que ya no benefician a la clase media, escribe Cezanne Cardona Morales

22 de julio de 2023 - 11:40 PM

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San Juan, Puerto Rico, Marzo 07 2023 — Homenaje a mujeres destacadas en diversos ámbitos por parte de la cámara de representantes. En la foto Rafael “Tatito” Hernandez, presidente de la cámara de representantes. FOTO POR: xavier.araujo@gfrmedia.com Xavier Araujo / GFR Media (Xavier Araújo)

Días antes de las elecciones de 1948, un desarrollista fue hasta la casa de Muñoz Marín y le ofreció 25,000 dólares en efectivo. Se llamaba Leonard Darlington Long y, desde los tiempos de Jesús T. Piñero, venía dándole forma a nuestra meca suburbana. Cuando se presentó por la casa de Muñoz, Long ya había construido las urbanizaciones Bay View en Cataño y Caparra Heights en Río Piedras, había puesto a la moda las ventanas Miami y comenzaba a desarrollar Puerto Nuevo, bautizado por él mismo como “el proyecto de viviendas más grande del mundo”. De hecho, desde la tarima donde Muñoz Marín tomó posesión, en la escalinata sur del Capitolio, se podía divisar -al otro lado de la bahía- las vigas de aquellas cuatro mil y pico de casas que cambiaron por siempre nuestro paisaje metropolitano. Long no solo había acaparado el mercado de vivienda en la isla en muy poco tiempo, sino que, subsidiado por el gobierno federal y el Banco de Desarrollo, intentó aprovecharse de las exenciones contributivas que el gobierno local les otorgaba a las fábricas. Y para eso eran los veinticinco mil.

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