Para residenciar a un primer ejecutivo de la nación tienen que existir actos de traición, corrupción o inmoralidad. Trump no ha cometido ninguno de ellos, escribe Angel L. Ortiz García
Para residenciar a un primer ejecutivo de la nación tienen que existir actos de traición, corrupción o inmoralidad. Trump no ha cometido ninguno de ellos, escribe Angel L. Ortiz García
Al presente hemos visto cómo algunas revistas y periódicos en los Estados Unidos y el resto del mundo opinan que a Trump, el más controversial de los presidentes de los Estados Unidos, se le está cerrando el círculo, refiriéndose a la posibilidad de ser residenciado (“impeachment”). Aunque controversial e impredecible, no vemos posibilidad de que al presidente se le someta al proceso, ya que el mismo es muy complejo y antipático.
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