Es necesario visualizar que el proceso de transformación no se agota en la atención al individuo, sino que también es necesario transformar las condiciones sociales, históricas y culturales ligadas a esta problemática, escribe Alvin Ríos Román
Es necesario visualizar que el proceso de transformación no se agota en la atención al individuo, sino que también es necesario transformar las condiciones sociales, históricas y culturales ligadas a esta problemática, escribe Alvin Ríos Román
El sistema de educación de nuestro país puede aportar a la transformación de la violencia que lleva a cabo el hombre hacia la pareja en la relación. Para esto requiere incorporar aspectos de la perspectiva de género. Es decir, realzar los valores de la igualdad, equidad y respeto. Tener como condición la visibilidad de las mujeres. Tener como condición la visibilidad de las comunidades en inferioridad por motivos de su identidad y expresión de género e identidad y expresión sexual. Problematizar el sexismo, homofobia, transfobia y los componentes patriarcales que las refuerzan. Promover en los niños y los adolescentes la consciencia de que el desarrollo de su plena humanidad es mucho más abarcador que los requerimientos sociales de la masculinidad. Promover también en ellos el desarrollo de sensibilidad y destrezas para responder mediante la noviolencia a las diferencias, conflictos y desacuerdos. Amparar la dignidad como un valor consustancial al ser humano. O sea, por el hecho de su humanidad, todos, todas y todes son inseparables de su dignidad.
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