Un grupo de estudiantes del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR) cargará con la bandera boricua en la competencia Formula SAE que se disputará en Michigan, donde pondrán a prueba un automóvil que construyeron en la isla.

Son 60 estudiantes los que componen el equipo del Colegio Racing Engineering (CRE). De ese grupo, 17 tendrán la encomienda de presentar en Michigan, desde este miércoles hasta el sábado, un carro de fórmula que crearon en el RUM.

En Estados Unidos, presentarán el prototipo de su vehículo llamado ‘Como Coco’ (CC5) y competirán contra otras 120 universidades que realizaron la misma tarea.

“Es un proyecto bien retante, pero bien gratificante, y que le permite a uno desarrollarse y diferenciarse en lo que es una área tan competitiva como la ingeniería aquí, en Puerto Rico”, expresó vía telefónica a El Nuevo Día el capitán del CRE, Diego López.

Al llegar a Michigan, el equipo terminará de preparar el vehículo de cara al registro de la competencia y el día de paddock.

“El siguiente día pasamos a lo que son los tech inspections, que es una parte donde los jueces ven que el vehículo cumpla con todas las reglas y con todos los protocolos de seguridad necesarios. Revisan los tornillos de tu vehículo, verifican que cumplas con cierto movimiento de suspensión y un sinfín de cosas”, explicó, de otro lado, el estudiante de ingeniera mecánica Caleb Vélez.

Luego de la verificación de los fluidos, la medida de los decibeles y los frenos, el vehículo estará listo para la pista.

“Entre los eventos dinámicos está el skid pad, que es correr como una forma de ocho; son dos vueltas en una dirección y dos vueltas en la otra. El siguiente es autocross, que es como un circuito, pero reducido en tamaño y está dirigido a hacer el mejor tiempo posible. Y se tiene el evento de aceleración, donde literalmente son 75 metros, y el carro tiene que ir de punto A a punto B lo más rápido posible”, comentó Vélez.

De completar con buenos tiempos todos los eventos, el equipo boricua pasaría a la final. En ese escenario, el carro deberá completar 22 kilómetros sin detenerse para echar gasolina ni ningún tipo de revisión. La pausa deberá ser solamente para hacer un cambio de conductor.

En las pasadas tres ediciones de Formula SAE, los estudiantes del RUM han logrado finalizar todas las etapas en la pista.

Como parte de la experiencia, el equipo deberá participar de otras actividades, que incluyen la presentación del diseño y del costo hipotético que valdría producir su carro.

López y Vélez, estudiantes de quinto año de ingeniería mecánica, lideran un grupo que está compuesto por alumnos que cursan bachilleratos en ingeniera civil, industrial, eléctrica y administración de empresas.

Cada uno, de acuerdo a su concentración, posee un rol al momento de la creación del auto.

“Las divisiones técnicas son las encargadas de desarrollar el carro, sean sus componentes relacionados con la suspensión, lo que sería la carcasa del carro, el área del motor y sistemas eléctricos. También digitalizar ciertos diseños para tener un ensamblado, que sea uno completo en computadora, que nos permita también reducir nuestros gastos en materia prima. Y después, al otro lado, tenemos lo que serían las divisiones administrativas que serían business and marketing, al igual que project management”, dijo López.

La misión de CRE es funcionar como una compañía que emule la vida laboral.

“Es poder tú poner tus principios que llevas aprendiendo en las clases a algo práctico, que viene siendo nuestro carro”, apuntó Vélez.

El equipo cuenta con la dirección del profesor José Lugo, quien en un momento también fue capitán del grupo en sus años universitarios y conoce de cerca la complejidad de la competencia.

“Hay una línea fina entre lo que es la teoría y la práctica, cómo combino ambas y es ahí donde el profesor nos ayuda y nos da dirección sin decirnos la respuesta. Nos hace rompernos las cabezas un poquito y nos fuerza a llegar a esas capacidades completas”, López.

El equipo también debe elegir quién será el chofer oficial del vehículo. El escogido deberá pesar menos de 150 libras y no exceder los seis pies de estatura.

“Debe ser una persona que esté activa en el equipo. Es un proyecto bien sacrificado, muchas horas envueltas, muchos fines de semanas que uno no baja a su pueblo para quedarse trabajando en lo que sería este carro, esas son las personas que realmente se merecen ese privilegio”, acotó el capitán.