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Quebradillas y los Piratas: una relación que va más allá del baloncesto

Con el pasar de las décadas, el tradicional quinteto se ha convertido en el emblema del pueblo

8 de junio de 2023 - 6:15 PM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
Los Piratas de Quebradillas actualmente ocupan el primer lugar de la Sección A en el BSN. (BSN)

Podemos hablar de sus talladores de santos, de las dos ceibas, del cooperativismo, de los Velorios de Reyes, del Mirador Guajataca y hasta de su túnel, aunque la mitad pertenezca a Isabela.

Pero para muchos quebradillanos, y muchos puertorriqueños, hay un nombre por siempre atado al de Quebradillas. ¿Sabes cuál es?

Pues claro, si la tradición del baloncesto está tan arraigada en la historia, la cultura y la esencia del municipio fundado en el 1823 que para el 1926 ya había equipos como el Hernández Five o el Q Five que precedieron la creación de la liga que hoy conocemos como el Baloncesto Superior Nacional (BSN).

Y camino a un siglo de historia en basquetbol, los Piratas de Quebradillas siguen siendo uno de los equipos más seguidos y con mayor fanaticada no solamente en ese municipio, sino en todo el país.

“No hay un pueblo en nuestro país que se represente e identifique tanto como pueblo gracias al deporte. Tú puedes hablar de Isabela y te acuerdas de sus playas. Hablas de San Juan y piensas en el Viejo San Juan. Pero cuando hablas de Quebradillas, te acuerdas de los Piratas”, dijo el exdirigente del BSN, Tony Ruiz, un quebradillano de nacimiento y crianza.

“Cuando naces en un pueblo como Quebradillas, donde se desayuna, almuerza y cena baloncesto, esas son las raíces de la familia, y te las inculcan desde pequeño. En Quebradillas no hay un centro comercial, no hay cine…lo que hay es eso (baloncesto). En Quebradillas la esencia de lo que es el pueblo son los Piratas. Eso es lo más grande. Podemos decir que es nuestra representación como pueblo”, agregó Ruiz.

El coliseo que sirve de hogar de los Piratas  de Quebradillas en la actualidad lleva el nombre de Raymond Dalmau.
El coliseo que sirve de hogar de los Piratas de Quebradillas en la actualidad lleva el nombre de Raymond Dalmau. (Archivo)

Aunque es larga la historia baloncelística y el legado del legendario propulsor don Pedro Hernández, y luego de Teíque Linares, no fue hasta mediados de la década de los 60 que Raymond Burgos fue a las canchas de Harlem, Nueva York, y se encontró con un juvenil Raymond Dalmau de 17 años, a quien reclutó para jugar por los Piratas.

Y la historia de Quebradillas y del baloncesto boricua cambió.

Tras su debut en 1966, los Piratas recibieron luego a otro neoyorquino hijo de boricuas, Neftalí Rivera, en el 1969, y combinándose con Juan López y Wilfredo ‘Chiqui’ Burgos, abrieron los 70 con el primero de cuatro cetros que ganarían en la década.

Poco a poco fueron integrándose otros recordados canasteros como Néstor Cora, Steve Dalmau, Manny Figueroa, Tony Babín, César Fantauzzi y Juan Marichal, y los Piratas se fajaron con potencias como Bayamón, Río Piedras y luego Guaynabo para crear una dinastía que se coronó en el baloncesto boricua en las campañas de 1977, 1978 y 1979.

Entre 1970 y 1982 fueron a 10 finales en 13 temporadas.

“En la década de los 70 Quebradillas pasó a ser la representación de todos los pueblos pequeños en el BSN”, dijo el analista, estadístico y comentarista Paquito Rodríguez. “Los Piratas significaron y provocaron una identificación nacional. Un pueblo pequeño, que no tenía ni la población ni los recursos económicos de ciudades como San Juan, Bayamón, Guaynabo o Ponce. Sin haber hecho un estudio, me atrevo a decir que en todos los pueblos pequeños había fanáticos de los Piratas, incluyendo el área metro”.

Uno de esos fans de los Piratas lo fue un jovencito nacido en Santurce en el 1967 y que vio todas las hazañas de los quebradillanos. Decadas después, cuando Benicio del Toro fue a hacer el personaje de Benny Dalmau en la cinta ‘Basquiat’, llamó a la Federación de Baloncesto de Puerto Rico para pedir prestada una de las camisas que su héroe, Raymond Dalmau, vistió con la selección, según recordó Rodríguez, exsecretario federativo.

Hoy, Del Toro es un amigo cercano de Dalmau.

Dalmau narra que desde que llegó, el pueblo se convirtió en una segunda casa para él.

“El recibimiento que me dieron fue tan importante para mí que me quedé viviendo en Quebradillas todo ese tiempo. La gente para mí fue un factor importante. La gente vive y respira baloncesto, y más en los tiempos en que yo jugué”, recordó Dalmau. “Todavía la gente de mi época sigue pasando el legado a los hijos y a los nietos, y dejándoles saber lo importante que eran los Piratas y lo que significa para el pueblo”.

Dalmau admite y respeta que en la historia quebradillana existen muchas otras figuras que aportaron al desarrollo y crecimiento del municipio en la cultura, el arte y otras facetas de la vida diaria, y que le dieron a Quebradillas reconocimiento y orgullo. Pero reconoce también el hecho de que cuando se habla de Quebradillas, los Piratas son una de las primeras alternativas que vienen a la mente.

¿Qué significan Quebradillas y los Piratas para el Pirata Mayor?

“Para mí es algo muy grande. Yo sé que soy una persona que impactó el pueblo de Quebradillas en distintas formas. Para mí significa muchísimo porque contribuí de una u otra forma para que ese pueblo se conociera no solo en el ámbito deportivo, sino que me involucré en la parte social y cultural”, dijo.

“Para mí Quebradillas es como si fuera mi casa. Le tengo un amor y un aprecio muy importante, porque  de allí también salieron y se criaron mis hijos. Hice mi vida ahí y me compenetré con la gente de Quebradillas”, agregó. “Los Piratas son una tradición de toda una vida y es lo más importante para ese pueblo”.

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