La voluntad que ha demostrado nuestro pueblo de hacer de la presente Navidad una festividad doblemente valiosa, en memoria de las penurias sufridas el año pasado, y en la esperanza de que se materialice la total reconstrucción del país, debe ser correspondida por un aliento de paz en el que todos debemos poner nuestro granito de arena.
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Forjemos un Puerto Rico de verdadera paz colectiva
Nota de archivo
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