La cobarde arremetida de odio contra la diversidad, perpetrada ayer por un antisemita que abrió fuego contra los feligreses de una sinagoga en Pittsburgh, Pensilvania, ha dejado al menos 11 personas fallecidas y seis heridas, y el profundo sufrimiento de una comunidad ultrajada en su pacífico encuentro espiritual.
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El crimen de odio siega la vida y la humanidad
Nota de archivo
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