Mi esposa Myrta alega que soy un optimista empedernido y que eso es muy afín con mi especialidad, la oncología. Creo que tiene razón, porque siempre busco y encuentro el lado positivo a toda calamidad. Mi tendencia es a ver el vaso medio lleno en vez de medio vacío. Pero lo cierto es que hacía tiempo que no me sentía tan bien físicamente y de momento me percaté porqué.